Dientes carmesí
Toma el azadón y funde tu sigla decrépita en su sexo.
No bajes la guardia.
El humo puede calcinar tus pupilas ávidas de vísceras.
¡No te detengas!
El filo de la cuchilla te quiere probar.
Clava y cercena, clava y cercena.
Entra en sosiego, en misericordia.
No pasa nada...
No te cagues en tu abismo, emerge a la estratosfera.
Quema tu alma. Bebe del cáliz lleno de pus.
Cuece la carne, aviva la sarna.
Nada entre leprosos y extirpa sus extremidades,
deja que vuelen como una cometa en la luna roja.
Olvidar y saciar.
Arrayán.
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